Campamentos de damnificados en la Ciudad de México
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Resumen
La vivienda es un espacio acotado arquitectónica y jurídicamente, elemento central del patrimonio familiar, espacio de las
prácticas domésticas, que proporciona paz, intimidad y seguridad. Con los sismos de 1985 en la Ciudad de México se perdieron
entre diez mil y veinte mil vidas, y sesenta mil viviendas, además de que espacios de trabajo, escuelas y oficinas resultaron
dañadas o destruidas. Con los programas de reconstrucción postsísmica, en menos de dos años se reconstruyó la mayor parte
de las viviendas in situ para que los habitantes originales conservaran su arraigo a los barrios y colonias centrales, gracias al
movimiento organizado de los damnificados. Sin embargo, hubo familias afectadas por los sismos excluidas de los programas
de reconstrucción que aún están a la espera de una vivienda. Algunas de estas familias han vivido más tres décadas en
campamentos de damnificados. En este artículo se estudian los campamentos La Ronda —desmantelado en 2016— y Colector
13. Con información obtenida a través de entrevistas a habitantes de los campamentos y a vecinos en esas zonas, se estudian
las condiciones de vida en los campamentos, los problemas y las expectativas de sus habitantes para el futuro. La vida en los
campamentos implica incomodidades para sus habitantes, como la falta de espacios adecuados para la reproducción social,
riesgos, estigma social y conflictos por el uso de espacios comunes; pero también tiene ventajas, como su ubicación céntrica, el
no pagar servicios y, sobre todo, la oportunidad de acceder a una mejor vivienda en el futuro en calidad de propietarios.